Cooperación Internacional entre China y América Latina en el marco de la pandemia (Covid-19)

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Resumen

La extensa trayectoria de China dentro de la Cooperación Internacional en aspectos sanitarios es poco difundida por medios occidentales. Sin embargo, en el marco de la pandemia (Covid-19), se ha hecho evidente la capacidad de respuesta de China ante esta situación, en contraposición a la perplejidad del resto de los actores internacionales. De esas diferencias, surgen reconfiguraciones geopolíticas internacionales que traen consecuencias a la región latinoamericana. Un claro vínculo cooperativo se ha establecido entre China y Latinoamérica dentro de ese contexto, cuyo eje está basado en el intercambio de experiencias, cooperación científica y tecnológica, además de intercambios comerciales. Esto tiende a reforzar los vínculos preexistentes entre la región y el país asiático.

Misión de médicos chinos visita Perú y comparte experiencias en combatir el Covid-19
Fuente: http://www.xinhuanet.com/photo/2020-05/29/c_1126050332.htm

1. Introducción

La cooperación internacional es fundamental en el escenario global que hoy atraviesa múltiples crisis. Particularmente, la crisis sanitaria ha dejado en evidencia la imposibilidad de afrontar la pandemia (Covid-19) de manera aislada y desarticulada. El funcionamiento coordinado de organizaciones internacionales, así como la cooperación entre diversas instituciones y regímenes que operan en el ámbito de la salud, se tornan imprescindibles en este contexto. El establecimiento de vínculos diplomáticos, también se destaca como medida importante, principalmente, para reducir la vulnerabilidad de países con bajos recursos para contener sus sistemas sanitarios.

La gran mayoría de los países de América Latina se encuentra con sistemas de salud debilitados, principalmente por la baja inversión pública de los últimos años, la precariedad de la infraestructura hospitalaria y la dificultad para acceder a medicamentos a precios accesibles. Además, algunos productos de la industria farmacéutica, equipamiento hospitalario y varios insumos necesarios para el combate a la pandemia, requieren ser importados. Algunos países han tomado medidas proteccionistas, buscando asegurar el abastecimiento interno de insumos hospitalarios y equipamientos de salud para enfrentar la pandemia. China, ha sido un grande aliado de algunos gobiernos de la región, cooperando a través de la donación o facilitación de intercambios comerciales de insumos sanitarios. Por otro lado, ha establecido vínculos cooperativos en el ámbito científico, a través del intercambio de experiencias y conocimiento de sus médicos en el combate a la pandemia.

Actualmente, China se encuentra entre las principales potencias mundiales en términos económicos, militares, financieros y tecnológicos. Su rol en el enfrentamiento a la pandemia, desde el inicio fue objeto de diversas críticas y acusaciones por parte de la comunidad internacional, que van desde el racismo hasta teorías conspiratorias que intentan responsabilizar al país de la crisis sanitaria mundial. Sin embargo, la rápida respuesta que posteriormente brindó su gobierno, en relación a medidas tomadas en otros países, no hizo más que fortalecer el posicionamiento de China en el Sistema Internacional y acelerar la consolidación de su papel global como uno de los principales actores (CLACSO, 2020).

2. Las respuestas de la comunidad internacional ante el surgimiento de la pandemia

El Covid-19 trae una reconfiguración geopolítica internacional, en el que las respuestas diferenciadas a la pandemia sirven de guía para comprender el rol de los países que lideran ese proceso y algunos de los cambios que estarían asociados a esa reconfiguración. Grandes potencias occidentales como la Unión Europea y Estados Unidos, no se han mostrado liderando soluciones en el combate, ni han sido vanguardia en tecnologías o medicamentos. La falta de un protocolo común ha desnudado la crisis institucional y falta de coordinación y cooperación (CLACSO, 2020).

El nacionalismo y las medidas proteccionistas de Estados Unidos se han exacerbado, la respuesta de su gobierno ha demostrado la incapacidad para implementar políticas de salud pública de emergencia y su falta de preparación para ataques biológicos. Su ofensiva contra la Organización Mundial de la Salud (OMS), acusándola de demoras en la toma de medidas, ha reflejado también la falta de liderazgo (CLACSO, 2020). El anuncio del presidente Trump en plena expansión de la pandemia de la suspensión del compromiso con este organismo a través del retiro y congelamiento de fondos de financiamiento ha tenido un gran impacto internacional. Este hecho ha dejado un gran vacío institucional, que según Ríos (2020a) China está ocupando, y lo hace a través del fortalecimiento de esta misma institución, creada en plena hegemonía estadounidense (Merino, 2020). También, lo hace apostando al multilateralismo y apoyando firmemente el papel dirigente de la OMS en la batalla global contra el Covid-19, instando a la comunidad internacional a concederle más apoyo político y financiero con el fin de movilizar los recursos necesarios (Xinhua, 2020b).

Por otro lado, Trump no ha dudado en acaparar el poder para amplificar la persecución de migrantes o cerrar fronteras (Carmona, 2020), demostrando así la falta de interés en la cooperación mutua, incluso con países vecinos. La arremetida de Estados Unidos no fue solo contra la OMS, también aprovecharon la oportunidad para lanzar críticas hacia China, planteando el uso del término “virus de Wuhan” (DW, 2020).

Al igual que en Estados Unidos y en países europeos, los países latinoamericanos también presentan altos niveles de contagio y personas fallecidas. En contraste, países asiáticos como China, Corea del Sur, Vietnam y Japón, muestran bajos índices de contagio con un óptimo manejo de la situación. Algunos autores atribuyen esto a la indisciplina e individualismo propios del mundo occidental. En el Gráfico 1, se presenta la evolución de los casos de Covid-19 para China, Estados Unidos y los países latinoamericanos con mayor población, Argentina, Brasil y México, extraídos de la base de datos ofrecida por The European Centre for Disease Prevention and Control.

Se usaron datos de nuevos casos diarios debido a que muestran con mayor claridad cómo se está expandiendo el contagio en cada país. Además, a través de estos, se puede identificar la efectividad del control del contagio que está llevando cada gobierno. Se observa que, en China, el crecimiento del número de casos está muy por debajo del resto de los países. Se registró un pico de casos en el mes de febrero, habiendo alcanzado un máximo diario de 15.141 casos. Posteriormente, la tendencia fue a la baja y la curva se estabilizó. Desde abril hasta agosto se mantuvo en un rango promedio de aproximadamente 50 casos diarios. Por su parte, Estados Unidos es el país con mayor número de casos y enfrenta serias dificultades para controlar los altos niveles de contagio. El promedio de casos desde el inicio de la pandemia se encuentra alrededor de los 24.597 casos diarios. En el mes de julio tuvo el máximo valor de contagios en un día, alcanzando la cifra de 78.427 casos. Sin embargo, desde mediados de agosto, la curva presenta una tendencia decreciente, con un promedio de casos diarios de 42.365.

En Latinoamérica, Brasil sigue una tendencia similar a la de Estados Unidos, el número de casos ha aumentado de manera significativa desde el inicio de la pandemia, con un promedio de 15.995 casos diarios. En julio ha alcanzado el mayor número de casos diarios, registrando dos picos de 67.890 y 69.079 casos. Pero desde mediados de agosto la tendencia de la curva se ha estabilizado, aunque aún presenta una grande variabilidad que oscila entre los 50.644 y 16.158 casos diarios. Se observa también, que, en Estados Unidos y Brasil, el rango del número de casos oscila dentro de una escala muy diferente a la del resto de los países analizados. Se trata de dos países con grandes niveles poblacionales que no han aplicado medidas de restricciones sanitarias rigurosas. Mientras tanto, México y Argentina son dos países que realizaron grandes esfuerzos para contener sus sistemas sanitarios, y por ello, presentan un nivel mucho más reducido. En Argentina, aunque la evolución del número de casos tiene una tendencia creciente, el promedio de casos diarios desde el inicio de la pandemia es de 2.320 casos. Ha alcanzado un máximo de 11.730 casos diarios a finales de agosto. En México, la curva de casos ha presentado una tendencia creciente, con un promedio de 3.385 casos diarios. Ha alcanzado un número máximo de contagios diarios de 9.556 casos a inicios de agosto. Sin embargo, desde entonces la curva se ha estabilizado en un promedio de 5.543 casos diarios.

Una de las principales limitaciones que pueden ser señaladas en éste análisis, es que las cifras oficiales de casos en algunos países como Brasil, México y Argentina, representan apenas una porción de la verdadera cantidad de casos nuevos debido a los bajos niveles de testeo. Es decir, que puede haber más casos positivos por la falta de testeos. En China y Estados Unidos hubo testeos masivos, por lo que las cifras tienden a ser más representativas de la realidad.

3. La política exterior de Brasil hacia China en la presidencia de Bolsonaro

Jair Mesias Bolsonaro asumió la presidencia de Brasil el 1 de enero 2019. Desde su campaña presidencial ya se preanunciaban los cambios en el rumbo de la política exterior. Las pautas más importantes de dicha campaña fueron: la aproximación con Estados Unidos, Israel y Taiwán; un mayor grado de apertura comercial, con reducción de tarifas y la promoción de acuerdos bilaterales; la profundización de la integración regional latinoamericana con gobiernos no dictatoriales; presión para el cambio de régimen en Venezuela; y el traslado de la embajada de Brasil en Israel para Jerusalén (Vidigal, 2019). Por otra parte, las críticas a la estrategia de política externa adoptada a lo largo de los gobiernos del PT también permitieron advertir esos cambios.

Jair Mesias Bolsonaro asumió la presidencia de Brasil el 1 de enero 2019. Desde su campaña presidencial ya se preanunciaban los cambios en el rumbo de la política exterior. Las pautas más importantes de dicha campaña fueron: la aproximación con Estados Unidos, Israel y Taiwán; un mayor grado de apertura comercial, con reducción de tarifas y la promoción de acuerdos bilaterales; la profundización de la integración regional latinoamericana con gobiernos no dictatoriales; presión para el cambio de régimen en Venezuela; y el traslado de la embajada de Brasil en Israel para Jerusalén (Vidigal, 2019). Por otra parte, las críticas a la estrategia de política externa adoptada a lo largo de los gobiernos del PT también permitieron advertir esos cambios.

Según Pautasso (2020), desde el ascenso de Bolsonaro, flagrantes incertezas en cuanto a los rumbos del accionar internacional de Brasil se han erigido, sobre todo, delante de la errática conducción de la diplomacia brasilera por parte del canciller Ernesto Araújo, responsable por romper con patrones históricos de conducta del Ministerio de Relaciones Exteriores. Gomes Saraiva & Costa Silva (2019) también sostienen que muchos patrones consolidados de comportamiento internacional del país fueron puestos en jaque. Para estos autores, el actual gobierno de Bolsonaro revela vivenciar una tensión entre pragmatismo e ideología en su política exterior [iii].

Desde finales de los años de 1990, Brasil venía adoptando una estrategia de inserción internacional basada en la diversificación de sus relaciones y en invertir en instituciones multilaterales como forma de contener las grandes potencias y enfrentar problemas de acción colectiva. El gobierno de Bolsonaro, transformó de forma radical esa orientación, adoptando una estrategia de alineamiento automático con Estados Unidos (Esteves, 2020). Éste adhiere de manera explícita a muchas de las iniciativas del gobierno de Trump en relación a las ofensas a China y tienden a atacar el ascenso de China en el orden internacional, en diversos aspectos, como económico, financiero y tecnológico. Esto, claramente tensiona las relaciones con China.

Después de décadas de cooperación mutua en las relaciones sino-brasileras, los vínculos se vieron altamente afectados a raíz de dicha reorientación de la política externa. La falta de estrategia y pragmatismo quedó en evidencia después de una serie de ataques sin fundamento al país asiático. Cuando aún era candidato a la presidencia, Jair Bolsonaro se refirió a China como un depredador que quería dominar sectores estratégicos de la economía, afirmó que los chinos no deberían tener autorización para adquirir tierras en Brasil o controlar industrias esenciales y declaró, reiteradas veces, que “los chinos están comprando Brasil” (Vidigal, 2019). Desde la campaña, la familia Bolsonaro movilizó una retórica que presentaba a China como potencial amenaza de cara a movilizar su base de apoyo. Incluso, un tema fuerte en la misma fueron las relaciones exteriores de los gobiernos anteriores, cuando China estaría siendo supuestamente privilegiada por causa de aproximaciones ideológicas entre el PT y el Partido Comunista chino. Además, dado que China estaría “depredando” y “comprando” Brasil, él, como “patriota”, lo defendería de eso (Almeida, 2020).

Fuente: Elaboración propia en base a datos de European Centre for Disease Prevention and Control

Pese a las diferencias culturales entre oriente y occidente, además de la experiencia para enfrentar epidemias y los modelos de gestión diferentes, la Competición Interestatal es un elemento crucial para analizar la reconfiguración del Sistema Internacional. Algunos análisis sostienen que el epicentro del nuevo patrón de acumulación está en torno de Asia, y especialmente en China (Arrigui, 2008). Este cambio está acelerando algunos procesos como los cambios tecnológicos que inclusive fueron implementados para enfrentar la pandemia.

Ante la incapacidad y la falta de coordinación de algunos actores internacionales, China se erige en el gran actor de la cooperación internacional, acompañada por Rusia y Cuba (CLACSO, 2020). Para Ríos (2020a), es un hecho que China ha asumido el liderazgo global en el combate contra la pandemia. Sus suministros y donaciones llegan a todo el mundo. Sus médicos y expertos también. Según el autor, China ejerció su responsabilidad global por primera vez, ante el ensimismamiento y el desconcierto de otros países.

4. Medidas más importantes de China en el combate a la pandemia

El epicentro inicial de la pandemia en China se dio en Wuhan, en donde se aplicaron 11 semanas de medidas restrictivas de cuarentena. Aunque después de levantarla, continuaron algunas restricciones. Este levantamiento de cuarentena tuvo relevancia simbólica para China y para el resto de los países (Surroca, 2020). Las medidas han sido drásticas, pero han tenido gran éxito y de ellas han podido surgir lecciones para el resto de los países. La gran capacidad de coordinación interna y el despliegue de infraestructura hospitalaria en tiempo record, sumado al uso de tecnologías modernas asociadas al 5-G han sido algunos de los principales elementos.

Para llevar un control riguroso del crecimiento de los casos, se desarrollaron aplicaciones y plataformas de georreferenciamiento para control del distanciamiento social, que ayudaron a prevenir la propagación del coronavirus al permitir a las y los usuarios saber si han estado en contacto con alguien a quien se le ha diagnosticado el virus (CIECTI, 2020b; Red ISPA 2020). Ali pay y We Chat, aplicaciones esenciales adaptadas para realizar compras y moverse por la ciudad, permitieron hacer un seguimiento de la ciudadanía y evitar que personas contagiadas o que hayan estado en contacto con casos positivos pudieran viajar. En el caso de Ali pay Health Code, las y los usuarios debían responder un largo cuestionario sobre salud y garantizar el acceso a los datos de ubicación. Así, la aplicación asignaba a las personas el color verde, amarillo o rojo, según tuvieran permitido entrar en espacios públicos o para ponerlas en cuarentena en su hogar. Ésta se utilizó para identificar posibles portadores del virus y ya ha sido adoptada en más de 200 ciudades chinas.

Fueron usadas también, tecnologías complementarias al sistema de reconocimiento facial, de manera de detectar la temperatura corporal e identificar a aquel sector de la ciudadanía que no utilizaba las mascarillas. Se utilizaron también, cascos especiales para medir la temperatura corporal en búsqueda de posibles infectados. Si bien el uso de todas estas aplicaciones permitió mantener ciertas actividades durante la cuarentena en zonas de riesgo y posibilitó levantarla en zonas de riesgo bajo, con estas también se desarrollaron bancos de data (Big Data) que podían ser utilizados para compartir información con las autoridades. En ese sentido, hubo muchas críticas al gobierno no solo por su falta de transparencia inicial sino también por el excesivo control y uso de datos (CIECTI, 2020b). Sin embargo, la efectividad del control social extremo ha evitado miles de muertes.

También se destaca la gran movilización del Ejército que hubo, trasladando más de 40.000 médicos a la provincia afectada, distribuyendo recursos, y posibilitando el cierre de ciudades (Carmona, 2020). En ese sentido, cabe también aclarar que se trabajó de forma que los órganos provinciales actuaban hasta que el Gobierno central tomara las riendas. Entre las medidas para reactivar la economía y al mismo tiempo evitar la circulación, se promocionó el teletrabajo para continuar actividades de forma remota (CIECTI, 2020b).

La eficaz respuesta ante la actual pandemia por parte de China, tiene que ver con el proceso de aprendizaje y experiencias de las lecciones de otras enfermedades y pandemias que han azotado a la región anteriormente. La Gripe Asiática del año 1957, la de Hong Kong de 1968, y más recientemente, el Síndrome Respiratorio Agudo Grave (SARS en inglés) que impactó a China entre 2002 y 2003. Los países asiáticos en general tienen más experiencia y están más preparados para estas contingencias (Ríos, 2020c).

Para el sinólogo Xulio Ríos, las medidas internas de China de cara a la pandemia pueden resumirse en las siguientes líneas. En primer lugar, la capacidad de movilización masiva de recursos a una escala que muy pocos países pueden llegar. En segundo lugar, la disciplina, que más allá de las críticas ha llevado a un cumplimiento estricto del confinamiento por voluntad propia y por las medidas impuestas por las autoridades. En tercer lugar, se sitúa la capacidad de prevención y control. Superada una fase inicial de descontrol, en la que el propio sistema chino reprimió los médicos que querían alertar que la situación era más grave de lo que parecía, las medidas adoptadas se han cumplido al pie de la letra y eso ha sido clave para evitar la propagación de la epidemia. Por último, está el apoyo científico y tecnológico, traducido en la aplicación de las nuevas tecnologías para controlar la epidemia. Un uso de aplicaciones y big data que no sólo se ha aplicado en China, un régimen autoritario, sino también en Singapur, Taiwán o Corea del Sur, que son sistemas democráticos (Surroca, 2020)

Es posible explicar la eficacia de la respuesta de China a la pandemia conociendo el grado de articulación que existe, no sólo entre el gobierno nacional y las provincias, sino también en la relación entre la ciencia, innovación tecnológica y empresas, las cuales parecen haber actuado en conjunto y de manera ágil en el contexto de la pandemia. De acuerdo con Castro (2016), el gobierno chino apoya el principio de que las empresas deben ejercer un papel destacado en las actividades de innovación, y también cree que la innovación debe ser guiada por el mercado, integrando universidades e institutos de investigación. Esto consiste en empresas innovadoras, consorcios tecnológicos de innovación, y plataformas de innovación y tecnología. Mientras tanto, la producción de conocimiento científico, es liderada por las universidades y por las academias, como la Academia China de Ciencias. Además, según la autora, en el aparato de consejos para las decisiones estratégicas (conformado por institutos de investigación, think tanks, universidades y otras entidades), el proceso de elecciones estratégicas resulta de un consenso y de un proceso colectivo de creación de este consenso estructurado.

5. Cooperación Internacional de China en aspectos sanitarios

Existe una larga trayectoria de la colaboración y cooperación de China con muchos países del mundo en el sector de la salud. Según Concepción & González Saez (2020), sus orígenes se remontan a 1963, e incluso han sido gestionadas no apenas por el Ministerio de Salud, sino de los ministerios de Relaciones Exteriores y Economía y Comercio. Hasta julio del 2018, Beijing había enviado brigadas médicas a 71 países en Asia, África, América Latina, Europa y Oceanía con un total de 26.000 miembros.

Concepción & González Saez (2020), sostienen que poco se difunde sobre la cooperación médica que ha venido desarrollando Beijing desde hace muchos años e incluso apenas se habla de su colaboración con la OMS y el lanzamiento de una variante de la Ruta de la Seda, o Belt and Road Initiative(BRI), por sus siglas en inglés, exclusivamente para atender el sector de la salud en los países miembros, es decir la Ruta de la Seda Sanitaria. Por otro lado, señalan que a partir del surgimiento del Covid-19, generalmente los análisis se centran en presentar esta iniciativa como un oportunismo por parte de China para extender su proyecto a través de la llamada “diplomacia de la mascarilla”, deslegitimando así el espacio de cooperación que de hecho está ofreciendo con donaciones de insumos y envío de misiones de médicos y expertos para atender la contingencia en muchos de los países afectados. Según Ríos (2020b), China niega que exista una “diplomacia de las mascarillas“, afirmando que su propósito no es otro que corresponder y solidarizarse, al final de cuentas, son sus expertos los que viajan a numerosos países o realizan videoconferencias para proporcionar valiosos datos y experiencias para combatir la pandemia.

La Ruta de la Seda Sanitaria fue lanzada oficialmente en 2017, antes del surgimiento de la Covid-19. Su propósito fue emprender un gran proyecto para mejorar la salud pública y fomentar el desarrollo sanitario dentro de los países integrantes de la Ruta de la Seda. Según Concepción & González Saez (2020), esta iniciativa absorbe diversos ámbitos que van desde medicamentos, equipamiento, personal calificado, prevención y desarrollo e intercambio científico, buscando el fortalecimiento de un conjunto de capacidades y realización de proyectos concretos de colaboración. A su vez, trabaja en función de los propósitos de la Agenda 2030 para el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y sobre la base de los acuerdos con organizaciones como la OMS y la red Sur-Sur, con la participación extensiva de gobiernos, organizaciones regionales e internacionales, universidades, sector privado, sociedad civil, entre otros. Es importante destacar la dimensión y el carácter de apoyo que este proyecto propone ante situaciones concretas de emergencia. Sin embargo, aún carece de una estructura integral que involucre la cooperación entre las potencialidades de los Estados miembros.

6. Cooperación Internacional de China en el marco de la pandemia

El Covid-19 abre la necesidad de enfocarse en la Ruta de la Seda Sanitaria y proyectar una estrategia de cooperación que no solo se enmarque en la vía bilateral, sino también en la de triangulaciones (Concepción & González Saez, 2020). China es visto como un país diligente en medio de la crisis del Covid-19, tanto por las iniciativas en el enfrentamiento a la pandemia como por ser el impulsor de ese proyecto. Por ejemplo, ante el retiro de fondos de Estados Unidos a la OMS, China ya estaba en segundo lugar entre los países que mayores contribuciones realizaron por cuotas, pero decidió hacer una donación de 30 millones de dólares a este organismo para el combate a la pandemia.

China ha intensificado la cooperación internacional en el campo de la investigación y el desarrollo de medicamentos, vacunas y kits de prueba, con la promoción de acciones coordinadas de alcance regional y global (Salgado, 2020). Concepción & González Saez (2020) detallan que alrededor de 20 países han recibido brigadas médicas integradas por médicos, enfermos y técnicos de la salud. El tamaño de estos equipos agrupa entre 5 y 20 expertos, algunos de los cuales están acompañados por donaciones de material sanitario. Según los autores, las brigadas de médicos chinos se diferencian de las cubanas, en el sentido que son fundamentalmente pequeños grupos de expertos que se encargan de asesorar a partir de la experiencia china de combate a la pandemia. En el caso particular de Italia es diferente, en el que Beijing no solo envió expertos para asesorar, sino alrededor de 300 médicos para apoyar en el tratamiento directo. La nación asiática ha realizado alrededor de 70 videoconferencias con expertos de más de 150 países hasta el 10 de abril y ha enviado máquinas para realizar pruebas de ácido nucleico (PCR) a Venezuela, Iraq, entre otros (Figura Nº 1). Entre los principales actores que han participado en las donaciones están el Partido Comunista de China, el gobierno central y gobiernos locales, empresas y bancos chinos radicados en China y sucursales en el exterior, asociaciones y ciudadanos chinos.

Fuente: Concepción & González Saez (2020)

El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, anunció que China proporcionará apoyo a las organizaciones internacionales correspondientes en la medida de su capacidad y hará contribuciones para la accesibilidad y la asequibilidad de vacunas en países en desarrollo (Xinhua, 2020a). En ese sentido, el gobierno chino defiende la visión de construir una Comunidad de Destino Común de la Humanidad y concede gran importancia al desarrollo de la seguridad de la salud pública global (Spanish People Daily, 2020).

7. Cooperación China-América Latina

Al inicio de la pandemia, cuando aún se desconocía que podía transcender los límites fronterizos de China, líderes de muchos países latinoamericanos y jefes de organizaciones regionales enviaron cartas de solidaridad y apoyo a China; Costa Rica, Trinidad y Tobago, Surinam, Uruguay y otros países proporcionaron materiales antiepidémicos a China, incluidas 600.000 mascarillas, casi un millón de pares de guantes esterilizados y más de 60.000 juegos de trajes quirúrgicos y otros suministros médicos (Spanish People Daily, 2020). Para inicios de marzo, cuando varios países de América Latina comenzaron a detectar los primeros casos y a implementar medidas de aislamiento social, China ya había conseguido mantener bajo control la situación y comenzaba a estrechar los vínculos con otras naciones transmitiendo sus experiencias.

Este año se cumple el 60 aniversario del establecimiento de las relaciones entre China y América Latina. Un vínculo que en las últimas décadas se ha fortalecido a raíz de la gran presencia China en la región en las relaciones económicas comerciales y de inversión en diversos sectores. Según Spanish People Daily (2020), China ha realizado más de 30 intercambios multilaterales a través de video-llamadas sobre experiencias en la prevención y el control de epidemias con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) con los que mantiene relaciones diplomáticas, los países andinos y muchas otras naciones de la región. En términos de suministros médicos, funcionarios y ciudadanos chinos han proporcionado valiosos materiales antiepidémicos a 27 países en la región de América Latina, incluidos los 24 países con los que mantiene relaciones diplomáticas y han ayudado a muchas naciones a comprar y enviar los suministros médicos.

El 23 de marzo se celebró una videoconferencia entre expertos de los Centros Chinos para el Control y la Prevención de Enfermedades y funcionarios y especialistas en salud de 25 países de América Latina y el Caribe. El diálogo no se limitó al área de la salud, sino que fue más allá al incluir también el manejo en sectores como los de aduanas, aviación civil y comunidad, entre otros. Esta conferencia fue promovida por la Cancillería china y el gobierno mexicano, en su calidad de presidente pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) (Zárate, 2020).

China envió desde Shanghái diversos ítems de material médico para enfrentar la pandemia en México. Los presidentes de ambos países tuvieron contacto vía conferencia (Zárate, 2020). En Argentina, la Operación Shanghái estuvo destinada a transportar insumos sanitarios desde China al país vía Aerolíneas Argentinas y también vía embarcaciones (Página 12, 2020; InfoGei, 2020; Télam, 2020). Se han traído máquinas como placas electrónicas de control de respirador y máquinas para fabricar barbijos quirúrgicos, tapabocas, y una serie de insumos, cuya importación era necesaria para que empresas locales pudieran fabricarlos (CIECTI, 2020a). También se realizaron videoconferencias en materia de prevención, control, diagnóstico y tratamiento del Covid-19, entre algunas provincias argentinas y de China (Zárate, 2020).

En Brasil inicialmente se mantuvo un diálogo cooperativo entre China y el gobierno federal, cuando aún estaba el Ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta. Hubo intercambios a través de una videoconferencia entre médicos y especialistas de un equipo de hospitales chinos que lucharon contra el Covid-19 en Wuhan y representantes del Ministerio de Salud y médicos de doce estados brasileños (Zárate, 2020). Sin embargo, posteriormente algunos líderes del gobierno de Jair Bolsonaro realizaron acusaciones xenofóbicas hacia China, negándose a establecer un vínculo de cooperación a pesar de la coyuntura. Cabe destacar que Brasil actualmente está alineado al gobierno de Estados Unidos, cuyas relaciones con China son cada vez más tensas. Ante esto, la paradiplomacia ha surgido como una vía para que gobiernos municipales y provinciales se relacionen con diferentes esferas del gobierno chino y puedan acceder no sólo a la compra de insumos y maquinarias, sino también al intercambio de experiencias y diversas articulaciones público-privada, incluso que podrían posibilitar la elaboración conjunta de estudios para vacunas (Benites, 2020).

En Perú, el Gobierno Chino mantuvo diálogo con el principal mandatario a fines de marzo. Éste agradeció los esfuerzos de solidaridad y las donaciones realizadas por las fundaciones Jack Ma y Alibaba, que anunciaron planes de donar suministros médicos a veinticuatro países latinoamericanos y caribeños, entre ellos, Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, República Dominicana, incluido Perú. El Grupo Alibaba donó a Perú 100.000 mascarillas, 20.000 pruebas moleculares de diagnóstico y 5 respiradores (Zárate, 2020).

Según Zárate (2020), el 22 de marzo, Ecuador se convirtió en el primer país de América Latina en contar con la última tecnología de la compañía china Huawei para la rápida detección de personas sospechosas de haber contraído Covid-19. Asimismo, el gobierno municipal de Chongqing, China ha donado a Ecuador 1000 juegos de trajes de protección, 1000 juegos de batas quirúrgicas y 5000 mascarillas de protección médica N95. El embajador de Ecuador en China, Carlos Larrea, destacó no solo estas donaciones e implementaciones, sino también el intercambio de conocimientos científicos y de experiencia en una videoconferencia realizada entre la reconocida epidemióloga china Li Lanjuan y su equipo de científicos con el ministro de Salud Pública ecuatoriano, Juan Carlos Zevallos, y otras autoridades sanitarias. De igual manera, Chongqing donó un importante lote de suministros médicos y de prevención de epidemias a Colombia, el cual incluyó ropa de aislamiento, mascarillas quirúrgicas y de protección médica, y 2000 kits de pruebas de ácido nucleico.

Otro de los países latinoamericanos que ha recibido la cooperación china ha sido Venezuela, a donde el 30 de marzo llegó un equipo de ocho expertos y científicos chinos encabezado por el reconocido especialista Huang Mao, director del departamento de medicina respiratoria y crítica del Hospital de la Provincia de Jiangsu. La delegación china permaneció dos semanas en Caracas, donde llegaron a ser condecorados con la Orden Francisco de Miranda en su segunda clase (Precursor) (Zárate, 2020). En la Figura 1, se observa que la gran mayoría de los países latinoamericanos han recibido suministros sanitarios desde China, mientras que Venezuela ha sido hasta el momento el único en recibir un contingente de expertos médicos además de los suministros sanitarios.

8. Reflexiones finales

En el tablero geopolítico mundial, se suele afirmar que América Latina es un área en disputa por la influencia de las principales potencias mundiales de la actualidad, que son China y Estados Unidos. El traspaso de la centralidad en el Sistema Internacional de Estados Unidos hacia China, a partir de su mayor participación en instituciones como la OMS y su relevancia como actor internacional en el marco del Covid-19, tensionan aún más las relaciones de poder. La profundización de estas disputas, se hacen cada vez más visibles y agudizan las relaciones de dependencia en términos económicos y políticos para la región latinoamericana. Además de dificultad de los gobiernos locales para enfrentar la pandemia, en América Latina, se agravan las incertidumbres por la ausencia de respuestas coordinadas dentro de los bloques que integran la región. Sin embargo, en ese escenario, China ha mostrado un claro vínculo cooperativo, no sólo a través de sus instituciones públicas y gubernamentales, sino también del ámbito privado.

Este trabajo ha procurado mostrar la larga trayectoria de China en la cooperación internacional en aspectos sanitarios, así como el grado de preparación, planeamiento y articulación para enfrentar la pandemia a través de diversos dispositivos, principalmente, relacionados al control social y el uso de tecnologías modernas. También se ha demostrado que la gran capacidad y experiencia resultante ha sido compartida con varios países. Aunque es posible sostener que algunos intercambios, tales como las exportaciones de insumos y equipamientos, corresponden a relaciones meramente económicas y comerciales, no se debe dejar de lado que muchos países han aplicado políticas proteccionistas y se han cerrado frente a la necesidad de otros. Tampoco se debe desconsiderar la puesta en disposición de la experiencia en el enfrentamiento a la pandemia y la gran capacidad de acción inmediata que ha tenido China con los países de América Latina que lo han requerido. De esa manera, los nuevos vínculos sanitarios establecidos en el marco de la pandemia, tienden a reforzar las relaciones preexistentes de los países de la región con China.

Biografía

Bibliografía